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1. Identifica: eres discriminado cuando una persona te trata perjudicialmente con base en alguna de tus características personales como tu nacionalidad, color de piel, lengua, sexo, preferencia sexual, discapacidad, religión o situación socioeconómica, entre otras.

2. Recuerda que la discriminación puede tomar muchas formas: puede ser un insulto, una agresión física o limitar de manera injusta tu acceso a algún servicio o derecho como el transporte, la salud, la justicia, entre otras.

3. Si quien te discrimina intenta lastimarte o causar algún daño a tu integridad física, aléjate de inmediato y acude con alguna autoridad.

4. Si la otra persona no te pone en riesgo, puedes intentar ponerte en sus zapatos: reflexiona si lo hace por desconocimiento o intencionalmente para causarte un daño, puedes brindarle información u orientarle sobre quién eres y tus características que le causan conflicto, si sigue reaccionando negativamente, es alguien que lo hace intencionalmente, en ese caso lo mejor es alejarse y, si lo deseas, acudir con las autoridades para denunciarle.

5. Trata de entender que se trata de personas que sienten miedo o enojo a causa de prejuicios erróneos, por lo que debes evitar hacer caso de sus provocaciones y entrar en algún tipo de disputa que pueda crecer y ponerte en riesgo.

6. En caso de que desees realizar acciones que castiguen a la persona que te discrimina, puedes acercarte a las autoridades. En México puedes acudir con el CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación), y en la Ciudad de México al COPRED (Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México), ambos organismos podrán levantar una queja y llevar a cabo acciones a tu favor.

7. Recuerda que es normal sentirse triste o enojado luego de ser discriminado, cuando vivas esto, no guardes tus sentimientos: sácalos hablando con algún conocido, haciendo actividad física, llorando o gritando en un lugar apartado, así te sentirás más desahogado y podrás pensar mejor sobre lo sucedido.

8. A veces, cuando somos discriminados podemos pensar que se debe a algo que hemos hecho, sin embargo, no es nuestra culpa: se trata de acciones llevadas a cabo por personas que desconocen u odian sin fundamento a ciertos grupos, regularmente con base en prejuicios que han aprendido, eso no es tu culpa y no depende de ti.

9. Si te es posible, investiga las leyes del país sobre discriminación y tus derechos, eso te ayudará a ubicar mejor a quién puedes acudir y en qué casos puedes recibir ayuda de la autoridad.

10. Reflexiona sobre tus acciones y tus ideas para no discriminar: es posible que tú discrimines a otros sin darte cuenta, haciéndolos vivir y sentir lo mismo que tú cuando lo has experimentado.